Me he sentido un poco Cenicienta, descosiendo aquí y añadiendo allá; el ribete del cuello es tan chulo que lo descosí a mano para poderlo aprovechar.
El patrón de la falda daba casi para incluir los bolsillos, quedando una forma un pelín rara. Pero es tan guay tener algún sitio donde guardar piedrecitas, trozos de pan y mil cosas más, que no podía prescindir de ellos.
A mi hija le encanta porque la camiseta lleva unas pequeñas cuentas y lentejuelas, y yo se lo veo muy mono y cómodo. Y, lo mejor de todo, es un reciclaje total!!
Enlazo a fans de Ottobre.